Entrevista al sociólogo norteamericano James Petras
Efraín Chury Iribarne - Radio Centenario
Chury: Audiencia de Radio Centenario, hoy vamos a cambiar el orden de la información en Puesta al Día, debido a la situación que está viviendo el hermano pueblo boliviano, a lo que se suma la firme actitud del presidente venezolano Hugo Chávez. La ingerencia norteamericana toca a toda América del Sur y es por eso que nos estamos comunicando con quien cada lunes analiza la realidad internacional desde los Estados Unidos.
Bienvenido James Petras. ¿Cómo estás?
Petras: Estoy bien, aunque muy preocupado por los eventos que se suceden tanto en Bolivia como en Venezuela, así como otros indicadores de lo que se está preparando para Paraguay, en este nuevo avance, esta agresión del gobierno de Bush, que en los últimos tiempos ha largado una nueva ofensiva en los conflictos en los lugares donde ha sufrido las peores derrotas.
Chury: ¿Qué supone la situación en Bolivia, la expulsión del embajador norteamericano y la reacción de adhesión de Itamaratí -que se produjo horas después- y la expulsión del embajador en Caracas por parte de Hugo Chávez?
Petras: Bueno, en primera instancia hay que tener claro que el embajador estadounidense, el señor Philip Goldberg es un golpista. Es un hombre que trabaja más como agente de Inteligencia que como diplomático. Tiene una larga historia de intervención, particularmente en Yugoslavia donde fue el principal agente del separatismo de Kosovo. Y con la experiencia que ha tenido en otros lugares, se muestra como un experto en actividades clandestinas vinculadas con grupos de la ultraderecha que son separatistas.
Ahora, hace casi 3 años, treinta y tres meses, que la Embajada norteamericana –tanto con el embajador anterior como con Goldberg- han gastado más de 120 millones de dólares anuales para financiar a los grupos opositores, que se presentan en Bolivia como ONG's, como los Cívicos y otros grupos neofacistas.
Últimamente el hecho es que actúa públicamente consultando y canalizando los aportes financieros tan deliberadamente que incluso el gobierno de Evo Morales que es bastante prudente, si se quiere, o conciliador; no tuvo más opción que expulsarlo pero sin romper relaciones con los Estados Unidos. O sea, el gobierno de Estados Unidos va a sustituirlo con otro operativo.
Pero el hecho es que ya estamos en una guerra civil en Bolivia, con la presencia activa de los Estados Unidos como principal apoyo externo e internamente con los aportes financieros y la asesoría de Goldberg.
Esta guerra civil ha resultado en que ya casi la mitad del país esté en mano de los fascistas, y digo fascistas porque operan con el uso de fuerza, de violencia, con grupos extraparlamentarios típico de los fascistas, con el respaldo de la clase media acomodada, con acciones de toma de edificios públicos de todo tipo, de paralización de gasoductos, volando incluso gasoductos, tomando control de las oficinas policiales, de aduanas, etc. Es un golpe ya. Por eso, hablar de que se acerca una guerra civil o un golpe es falso porque ya hay una guerra civil, hay una toma de poder en las provincias de los que llaman la Media Luna (Santa Cruz, Tarija, Pando, Beni) donde la derecha fascista ya manda, a pesar de que hay oposición interna de campesinos, etc.
Lo que queda es en el Altiplano, donde esta ubicado Evo Morales, encastrado, impotente, incapaz de mantener el orden constitucional y la integridad del país. Mientras las masas populares empiezan a tomar su propia acción, independiente de este Presidente que hasta ahora sigue reclamando el diálogo, mientras los fascistas han asesinado docenas de campesinos a sangre fría y han desaparecido también docenas, a lo que suman los más de doscientos heridos de bala que se encuentran en los hospitales.
Ese es el cretinismo del Presidente frente a la abierta intervención norteamericana, al golpe de Estado que ya está ocurriendo, la toma de poder por parte de la ultraderecha.
Y resulta que esto es la punta de lanza de la ofensiva contra el presidente Hugo Chávez, donde con almirantes en retiro, coroneles activos y generales en activo, ya planifican el magnicidio y la toma de poder en detalle.
Gracias a la Inteligencia de Venezuela, ya tomaron presos a algunos de los conspiradores, pero no es sólo la cúpula que hay que limpiar, hay afiliaciones de tropas activos en las Fuerzas Armadas, la Guardia Nacional y particularmente en algunos sectores de la Fuerza Aérea, los vínculos con los conspiradores siguen siendo un peligro.
El lanzamiento de un blog en Paraguay que denunció el propio presidente Fernando Lugo, es otra indicación que para Washington es intolerable no sólo los nacionalistas revolucionarios como Chávez, sino incluso moderados, progresistas liberales como Lugo y Evo.
El gobierno de Bush quiere salir de la Presidencia con por lo menos una victoria política militar. Por eso, lanza esta ofensiva de último momento, es un acto de desesperación, están dispuestos a jugarse todo por todo, la violencia, un golpe, la toma de poder masacrando poblaciones, incluso aliándose con los peores racistas, fascistas desde la época del nazismo.
Hablar de Santa Cruz y de las principales cúpulas, es hablar de un movimiento nazi, con ideología racista, con un movimiento extraparlamantario, con organizaciones cívicas y con base en una clase media enfurecidas contra la gente.
Chury: Casi en el final surgen dos o tres cosas. ¿Qué hace el Mercosur y la OEA?
Petras: Bueno, todo el Mercosur aprueba resoluciones de apoyo a Evo Morales contra la violencia, pero es esa política que va en bancarrota de diálogo y pacificación. Porque por un lado apoyan a Evo Morales pero la salida que promueven es desastrosa. Lo que se necesita es la máxima aplicación de la fuerza, la violencia legítima del pueblo, la movilización, armar las milicias para enfrentar junto a los sectores constitucionalistas del Ejército aplastar a los fachos, que están tomando el control del pa`´is y quieren imponer una dictadura racista y fascista.
En el Mercosur, particularmente el señor Lula está muy molesto porque le eliminan el 10% del gas que Bolivia le pasa a Brasil, pero no se si Lula le ofrecerá a Evo tropas brasileñas para proteger y reconstruir el gasoducto. Lula está muy enfadado con los fachos que volaron el gasoducto, porque perjudica el gas muy necesario para las industrias de San Pablo.
Pero el único presidente que ha ofrecido algo concreto fue Hugo Chávez que ya expulsó al embajador de EEUU y ofreció apoyo militar y el apoyo a la lucha armada de las masas populares de Venezuela.
Hay que recordar que hace tres meses el propio Hugo Chávez decía que ya no era necesaria la lucha armada y hoy debe reconocer que frente a esta amenaza fascista, la única opción es el pueblo en armas junto a los soldados constitucionalistas.
Es el único Presidente latinoamericano que ofreció algo mas que resoluciones de apoyo diplomático. Y eso debemos tomarlo en cuneta. El apoyo concreto de Chávez merece nuestro apoyo y debemos presionar a los gobiernos de la región para que ofrezcan algo mas que apoyo diplomático, se requiere apoyo financiero y armas para que el gobierno de Evo Morales deje de tocar la guitarra de conciliación y actúe como un verdadero gobierno a la latura de los pueblos, para aplastar este levantamiento fascista.
Por lo menos Evo Morales debe reconocer que el pueblo reclama armas, yo he recibido comunicaciones de sectores fabriles diciendo que la COB está harta con la conciliación de Evo y ya están organizando sus propias milicias, cercos, bloqueos, contra la derecha y el facismo; por su propia iniciativa frente a la impotencia del gobierno central.
Entonces, el movimiento de masas se está levantando para encabezar la resistencia.
Chury: Muchas gracias James Petras.
Petras: Gracias a vosotros y ojalá que por fin el gobierno boliviano tome alguna medidas para evitar más masacres de los campesinos indígenas, porque la vida de un indígena vale más que una docena de latifundistas.
http://www.radio36.com.uy/
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* Entre los temas de toda su producción intelectual, especializada en la problemática latinoamericana, se destacan sus reflexiones sobre el conflicto entre clases sociales, el imperialismo, el Estado, la revolución, la transición a la democracia, y otros. En la actualidad tres temas son los que ocupan su atención: las rivalidades entre las distintas potencias imperialistas (Estados Unidos, Japón y Europa), el repliegue de los intelectuales críticos durante la década del 80, y las contradicciones del socialismo de mercado.
Sin embargo, Petras vincula mucho estos temas al fenómeno del imperialismo. El autor define al "estado imperial" (identificado sobre todo con Estados Unidos) como el "que impone nuevas reglas que moldean el comportamiento de los demás Estados". Ahora bien este "estado imperial" responde a las demandas y los intereses de sus capitalistas que tratan de desplazar el capital hacia el exterior a fin de realizar actividades lucrativas a nivel mundial. En su libro, Globaloney, afirma que "de las 500 empresas más grandes del mundo, vehículos de circulación de capitales como instrumento de la globalización, el 49% son norteamericanas, el 37% son europeas y el 10% son japonesas". En este sentido, el término "globalización" vendría a ser un sustituto de "imperialismo": "el concepto de globalización entró en la jerga periodística para describir el fenómeno de expansión de capitales y de empresas norteamericanas, europeas y japonesas conquistando espacios económicos"
Este análisis está profundamente vinculado con un problema muy actual para los países latinoamericanos: las políticas de ajuste estructural que se vienen aplicando por recomendación de los organismos de crédito internacional (FMI y Banco Mundial)
Según el autor, las políticas del FMI, aunque aparentaran tratar con problemas específicos, técnicos de la balanza de pagos de cada país, buscaban remodelar la economía global: se centraron en el cambio del papel del Estado en la economía y la expansión de las relaciones de mercado.
Petras es terminante a la hora de analizar las consecuencias de la aplicación de esas políticas: "Las elites locales e internacionales se han beneficiado mucho del ajuste estructural. Las deudas privadas las ha asumido el Estado, los bancos acreedores han recibido miles de millones, las organizaciones de las clases trabajadoras han sido aplastadas o dramáticamente debilitadas mediante la represión y las consecuencias económicas del ajuste. El ajuste estructural sería una forma de lucha de clases con otro nombre, organizando un cambio drástico en términos de poder de clases en beneficio de los ricos y privilegiados".
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