En el marco de la celebración del cincuentenario de la Federación Judicial Argentina y en homenaje a los compañeros trabajadores judiciales desaparecidos durante la dictadura militar, el próximo 20 de noviembre será descubierta la escultura "DIALOGO", en el "Paseo de la Memoria " sito en el Parque Indoamericano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La obra, creada por María Lorena Galdame y Diego Tamburini, fue seleccionada en el Concurso de Esculturas por los jurados Adolfo Pérez Esquivel, Liliana Costante, Gonzalo Conte, Ulises Gorini, Gloria Mathern y María Teresa Núñez.
Se presentaron cinco obras bajo los siguientes seudónimos: Abril, Cronopios, Inti, Nolán y Sudaca. Luego de un exhaustivo análisis e intercambio de opiniones, el jurado por unanimidad selecciona la obra presentada bajo la autoría de Cronopios. Abierto el sobre correspondiente, se conoció la identidad correspondiente, resultando ser María Lorena Galdame y Diego Tamburini.
El jurado dejó constancia del mérito de cada una de las obras presentadas, con su correspondiente fundamentación, debido a que son motivo de merecido reconocimiento. Se destaca la denominado "DIALOGO", cuyo diseño –de intensa solidez material y conceptual- convocó la mención en particular.
La obra fu seleccionada por las siguientes consideraciones:
- Uno: el diseño de tipo planetario. Es en ese orden –el global o mundial- en que se ha difuminado el capital a través de la violencia –tanto material como simbólica-. La obra se encarga, entonces, de señalar la articulación del desaparecido -como producto encarnado en la última dictadura militar de nuestro país- en la construcción de la historia de todo el orbe. Proyecta la ausencia/presencia en la amplitud máxima de su dimensión: la del pasado, presente y futuro de la humanidad toda.
- Dos: Los materiales de los que se sirve. La propuesta del uso de vidrio templado –tipo blindex- permite que -forma y contenido- se presenten como unidad, inclusive en la relación al medioambiente circundante. El antagonismo "adentro-afuera" –que, asimismo, remeda el de inclusión/exclusión- es superado en la obra con materiales que permiten el ida y vuelta de lo inquisitivo y su respuesta.
Los DDHH – y en particular, los seres humanos a los que se les arrebataron, aparecen, entonces, como una categoría que no queda en el ámbito privado y recoleto de la memoria de un grupo. Inclusive, los autores del proyecto seleccionado, lanzan una contraofensiva que nos conmueve: los desaparecidos no están vivos porque recordemos sus rostros y su vida "cortada" –como aparecen en las fotografías aplicadas-. Son sus rostros y su vida la que nos compelen a su recuerdo, porque su ausencia/presencia no dejó de construir historia. Ellos están en el centro de la cuestión –como lo muestra la obra en su metáfora constructiva-.
La idea de la luz solar penetrando el cubo transparente e impactando en su interior, "respondiendo" éste con la presencia de lo aparentemente "encerrado" ha sido uno de los logros conceptuales más interesantes por lo que se la seleccionó. Asimismo el soporte que hace el metal desde fuera, penetrando la estructura vidriada en forma de eje que atraviesa de un extremo a otro de la vida planetaria.
a) El concepto de visibilización como proyecto de resistencia contra hegemónica. La obra proyecta la función de la memoria de nuestros desaparecidos frente a las pretensiones invisibilizadoras de las verdades móviles y consecuencias de políticas genocidas. Pero no lo constriñe solo a un tiempo y espacio, sino que apunta a la memoria como instrumento útil de superación de límites ideológicos o materiales.
b) La parte y el todo. El diseño de la obra seleccionado reafirma el planteo dialéctico de la historia. Hace mención particular de esto en el tratamiento de las fotografías. Están "cortadas" -como lo fueron las vidas de aquellos cuyos rostros plasman-. No "rotas". Son pedazos –es cierto- que son parte del todo histórico. Y, como parte de, son el todo.
Se presentaron cinco obras bajo los siguientes seudónimos: Abril, Cronopios, Inti, Nolán y Sudaca. Luego de un exhaustivo análisis e intercambio de opiniones, el jurado por unanimidad selecciona la obra presentada bajo la autoría de Cronopios. Abierto el sobre correspondiente, se conoció la identidad correspondiente, resultando ser María Lorena Galdame y Diego Tamburini.
El jurado dejó constancia del mérito de cada una de las obras presentadas, con su correspondiente fundamentación, debido a que son motivo de merecido reconocimiento. Se destaca la denominado "DIALOGO", cuyo diseño –de intensa solidez material y conceptual- convocó la mención en particular.
La obra fu seleccionada por las siguientes consideraciones:
- Uno: el diseño de tipo planetario. Es en ese orden –el global o mundial- en que se ha difuminado el capital a través de la violencia –tanto material como simbólica-. La obra se encarga, entonces, de señalar la articulación del desaparecido -como producto encarnado en la última dictadura militar de nuestro país- en la construcción de la historia de todo el orbe. Proyecta la ausencia/presencia en la amplitud máxima de su dimensión: la del pasado, presente y futuro de la humanidad toda.
- Dos: Los materiales de los que se sirve. La propuesta del uso de vidrio templado –tipo blindex- permite que -forma y contenido- se presenten como unidad, inclusive en la relación al medioambiente circundante. El antagonismo "adentro-afuera" –que, asimismo, remeda el de inclusión/exclusión- es superado en la obra con materiales que permiten el ida y vuelta de lo inquisitivo y su respuesta.
Los DDHH – y en particular, los seres humanos a los que se les arrebataron, aparecen, entonces, como una categoría que no queda en el ámbito privado y recoleto de la memoria de un grupo. Inclusive, los autores del proyecto seleccionado, lanzan una contraofensiva que nos conmueve: los desaparecidos no están vivos porque recordemos sus rostros y su vida "cortada" –como aparecen en las fotografías aplicadas-. Son sus rostros y su vida la que nos compelen a su recuerdo, porque su ausencia/presencia no dejó de construir historia. Ellos están en el centro de la cuestión –como lo muestra la obra en su metáfora constructiva-.
La idea de la luz solar penetrando el cubo transparente e impactando en su interior, "respondiendo" éste con la presencia de lo aparentemente "encerrado" ha sido uno de los logros conceptuales más interesantes por lo que se la seleccionó. Asimismo el soporte que hace el metal desde fuera, penetrando la estructura vidriada en forma de eje que atraviesa de un extremo a otro de la vida planetaria.
a) El concepto de visibilización como proyecto de resistencia contra hegemónica. La obra proyecta la función de la memoria de nuestros desaparecidos frente a las pretensiones invisibilizadoras de las verdades móviles y consecuencias de políticas genocidas. Pero no lo constriñe solo a un tiempo y espacio, sino que apunta a la memoria como instrumento útil de superación de límites ideológicos o materiales.
b) La parte y el todo. El diseño de la obra seleccionado reafirma el planteo dialéctico de la historia. Hace mención particular de esto en el tratamiento de las fotografías. Están "cortadas" -como lo fueron las vidas de aquellos cuyos rostros plasman-. No "rotas". Son pedazos –es cierto- que son parte del todo histórico. Y, como parte de, son el todo.
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